Cómo evitar el impulso de comer más mientras teletrabajas

Martes 21 de Abril del 2020

Puede parecer una frivolidad en comparación con todos los problemas sanitarios, sociales y económicos que está provocando la epidemia de COVID-19, pero lo cierto es que el aislamiento preocupa a muchas personas también en lo referente a su dieta. La combinación es campeona: muchas horas sentados, poco ejercicio en casa y la nevera demasiado cerca de nuestro nuevo lugar de trabajo.

En una situación así, parece que tenemos todas las papeletas para que el premio salga en la rifa. Ganar peso no solo puede afectar a nuestra autoestima, sino también a nuestra salud, pues incrementa el riesgo de sufrir diabetes tipo II o problemas cardiovasculares. Por ello mismo, en esta situación excepcional en la que nos encontramos teletrabajando, es buena idea mantenernos un poco a raya.

Comer en los malos tiempos

Pero, ¿cómo? Los tiempos que corren no parecen estar de nuestra parte. El cuerpo tiende a desear alimentos ricos en calorías y azúcar en momentos estresantes, ya que proporcionan explosiones de energía a corto plazo. El estrés conduce a niveles elevados de cortisol, que pueden aumentar el apetito y los alimentos azucarados generan dopamina, el neurotransmisor asociado con la motivación y la recompensa. En resumen, comer ese alimento prohibido nos produce placer, y es bueno dejar que el cuerpo reciba una recompensa de vez en cuando.

Pasar por WhatsApp fotos de lo que comes puede ser más útil de lo que piensas. Además de una experiencia social, sirve para compartir consejos

Otro punto que no juega a nuestro favor es el hecho de que tenemos muchas horas muertas. El aburrimiento también puede producirnos propensión a comer más de la cuenta, y según cuenta la psicóloga Caroline Kamau en un reciente artículo de 'BBC', hay algunas personas que serán más propensas a darse atracones: las que sufren problemas de ansiedad y depresión, de imagen corporal, alimentación o personalidades altamente impulsivas tendentes a obsesionarse con otras cosas, como las sustancias o el juego.

Rutinas

No todo el mundo se engloba dentro de estas características, por supuesto, pero si a pesar de ello no puedes evitar acudir al frigorífico cada dos por tres, deberías establecer una rutina: levántate y acuéstate siempre a las mismas horas, porque según los expertos es importante continuar con un ritmo de vida parecido al que llevabas antes de la epidemia. Así mismo, intenta comer con un horario establecido. Hacer ejercicio, meditación y, en definitiva, utilizar tu tiempo en cosas productivas también es importante.

Una relación sana con la comida

La Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de EE.UU publicó en 2014 (mencionando específicamente al ébola) una hoja informativa sobre cómo lidiar con el estrés durante los brotes de enfermedades infecciosas. Se encuentra perfectamente vigente para la ocasión, y una de las sugerencias que hace es la de encontrar una conexión social, lo cual, en los tiempos de WhatsApp, tampoco es especialmente complicado.

En estos tiempos, da protagonismo a los productos integrales, las legumbres, las frutas y las hortalizas

Compartir fotografías de la comida que tenemos con nuestros amigos y familiares puede servir más de lo que creemos. Además de ser un medio para hacer la comida una experiencia más social (especialmente para aquellos que viven solos), también es una forma de intercambiar consejos prácticos.

¿Qué te lleva a comer compulsivamente?

Es importante identificarlo. Para ello, piensa en todas las emociones negativas que te llegan en estos tiempos. Intenta luchar contra ellas como puedas: grita, escribe un diario, llama a un amigo... algunos psicólogos utilizan la llamada herramienta de alternativa a la alimentación emocional, lo que implica escribir:

  • Cinco amigos a los que puedes llamar cuando te sientas deprimido.
  • Cinco formas de relajarte (por ejemplo, tomar un baño).
  • Cinco actividades que podrías hacer para distraerte.
  • Cinco lugares que, al pensar en ellos, te relajen.

¿Qué comer?

Quizá sea la pregunta más importante. Ahora que estamos en casa tenemos mucho más tiempo de hacer las cosas bien, y eso implica abandonar los alimentos precocinados y procesados durante un tiempo para poder dar protagonismo a los productos integrales, las legumbres, las frutas y las hortalizas. Si tomas lácteos, preferiblemente que sean bajos en grasas, y consume moderadamente alimentos de origen animal. Pienso que esto pasará.

Fuente: http://ow.ly/9Sb330qzwbo