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Elaborado a base de hortalizas crudas (tomate, pepino, pimiento, cebolla, ajo), agua, sal y ácidos grasos esenciales (aceite de oliva), el gazpacho es una sopa fría que aporta pocas calorías y que además puede ayudar a mantener, gracias a su contenido en agua y sales minerales, un adecuado nivel de hidratación, algo fundamental en la ola de calor que azota estos días a gran parte de España.

Debe su origen a Andalucía, pues los primeros gazpachos consistían en una mezcla de pan desmigado, aceite de oliva y vinagre y eran consumidos por los campesinos del sur de España. La versión actual es muy distinta y, tal como explica la dietista-nutricionista Elisa Escorihuela, con los años ha ido integrando ingredientes hasta llegar a la receta original del gazpacho andaluz que conocemos.

Hoy es posible encontrar recetas que incluyen multitud de hortalizas y frutas, si bien Escorihuela se muestra partidaria de llamarles «sopas frías» en lugar de gazpacho, ya que su elaboración difiere de la receta original. «Es como cuando a un valenciano le ponen en la mesa una paella con guisantes y pimientos. Nos ponemos las manos a la cabeza y decimos que eso no es paella, sino que es un arroz con cosas», comenta.

Vitaminas, minerales y fibra

Además de ser una buena opción para las épocas en las que aprieta el calor pues contribuye a refrescar y a mejorar la hidratación, es una fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, según revela la dietista-nutricionista de Nutt, quien añade que si se usa aceite de oliva virgen extra (AOVE) en su elaboración, esto influirá también de forma positiva en la salud pues es fuente de grasa saludable.

Las vitaminas que predominan en los gazpachos son, según explica Elisa Escorihuela, la vitamina C (el pimiento tiene una cantidad considerable), la vitamina A y la vitamina E (sobre todo, gracias al aceite de oliva virgen extra).

El tomate contiene licopeno, que aporta ese color rojo característico y es un potente antioxidante que, si se combina con el aceite de oliva, el organismo lo absorbe mejor. Así, la experta asegura que el gazpacho puede ser considerado como una «bomba» de sustancias antioxidantes que ayudan a frenar el estrés oxidativo y el envejecimiento celular.

En cuanto a los minerales, el gazpacho es, gracias a sus ingredientes, rico en hierro no hemo, calcio, fósforo, magnesio, manganeso, zinc, cobre, sodio y potasio.

Saciante y bajo en calorías

Los alimentos de origen vegetal que contiene al gazpacho aportan también fibra que no es digerible para el organismo, que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y produce una mayor sensación de saciedad. Además, contribuye a regular el colesterol en la sangre y supone una ayuda en la prevención de la diabetes y el cáncer de colon, según revela Escorihuela.

Puedes tomarlo como un aperitivo o como un primer plato, pues al contener tanta fibra te ayudará a saciarte y llegarás al segundo plato o al plato principal con menos hambre.

Otro de los beneficios del gazpacho es que es una receta baja en calorías. Eso sí, la dietista-nutricionista aclara que es importante no pasarse con el aceite a la hora de prepararlo pues, aunque el AOVE aporta nutrientes saludables, en exceso puede contribuir a elevar el peso.

Por último la experta aconseja elaborarlo en casa en lugar de comprarlo en el supermercado aunque existan en el mercado múltiples opciones preparadas de gazpacho. Es una receta sencilla y admite muchas variantes en las que se puede cambiar el ingrediente principal o alguno de los aderezos para personalizar la receta dando lugar a platos como el gazpacho de aguacate, de remolacha, de sandía, de cereza, de mango, de zanahoria o de pepino, entre otros.

Fuente:  http://ow.ly/7RZc30p2vPH